También uso la mantequilla que compro para hacer mantequilla avellanada, que no tiene nada que ver con nueces o avellanas, sino que cuando doramos la mantequilla, sus sólidos comienzan a tener un aroma avellanado delicioso y da a las comidas un toque super especial. 

Casi nunca uso margarina, salvo en algunos casos cuando hago pasteles o brownies y que el sabor principal no es la margarina, pues su sabor no me gusta mucho, pero sirve perfecto para algunas preparaciones de repostería.

La margarina fue desarrollada en el siglo XIX como una alternativa más económica a la mantequilla y para satisfacer la demanda de un producto con una vida útil más larga

La margarina es una grasa insaturada (como también el pescado, el aguacate, el aceite de oliva, etc.) creada por el ser humano, a partir de aceites (maíz, girasol, etc.) los cuales solidifican con hidrógeno, y le ponen colorante amarillo y saborizante para asemejarla a la mantequilla.  Es más económica que la mantequilla y puede almacenarse en la alacena sin necesidad de refrigerar, así que tiene más vida útil que la mantequilla. Al venir de un aceite vegetal, no tiene colesterol pero en realidad no me meteré en el tema de la salud, y no discutiré si una es mejor que la otra para el organismo. 

La mantequilla existe hace miles de años, es un producto lácteo que se adquiere mediante el batido de la crema de leche, separando los sólidos lácteos creando la mantequilla. La mantequilla existe hace miles de años y nos aporta calcio, magnesio, fósforo, y vitaminas como la A, E y D. La mantequilla ha sido un alimento básico en muchas culturas durante siglos, con evidencia de su uso que se remonta a la antigua Mesopotamia.

En diferentes partes del mundo, el color de la mantequilla puede variar debido a la alimentación del ganado. Por ejemplo, en Irlanda, la mantequilla tiende a ser más amarilla debido al alto contenido de carotenoides en la hierba que comen las vacas 🙂

Para saber si una mantequilla es de buena calidad, debe tener un 80% de grasa y un 16% mínimo de agua. La mantequilla generalmente se obtiene de la leche de vaca, pero también encontramos mantequilla de oveja o cabra. Es una grasa saturada (las que vemos sólidas a temperatura ambiente, como también lo son los quesos o carnes rojas). Lo que tanto me gusta de la mantequilla no es solo su sabor, sino también que se funde naturalmente en la boca ya que se derrite más o menos a los 36 grados, (esto hace que cuando por ejemplo comamos un croissant de mantequilla, sea más rico que uno hecho con margarina, además su sabor va a ser mucho más rico al ser elaborado con mantequilla).

La textura de la mantequilla entonces es más suave que la de la margarina (aunque ahora las margarinas las hacen de diferentes texturas para su uso en la cocina). Al ser una grasa de origen animal, debemos guardarla en la nevera para evitar su enranciamiento y consumirla antes de su vencimiento. 

Entonces, ¿Mantequilla o Margarina?

Te recomiendo que pruebes las dos, y decidas en cuanto a sabor cuál le gusta más a tus papilas gustativas. Y leer bien las recetas de este blog, donde te especifico cual usaremos (casi siempre mantequilla!).